Las narraciones audiovisuales varían según la posición social de quien las emita, el primer problema es que hoy todos los emisores autorizados tienen la misma posición social, son formados en los mismos lugares, utilizan las mismas herramientas y se organizan de la misma forma.
El segundo problema es que los receptores audiovisuales no tienen la misma posición social, no son formados en los mismos lugares, no utilizan las mismas herramientas y no se organizan de la misma forma. Este texto es un pequeño relato de una experiencia que recién comienza en “ciudad monstruo” (México, D.F.) en la que se intenta abrir el ámbito desde el cual se emiten los relatos audiovisuales autorizados.