Mastodon y la “otra comunicación” que sí es posible en Internet

En enero de 2017 publiqué un artículo en el que describía los impactos de las redes sociales corporativas en el ámbito universitario y las posibles alternativas que, en aquel momento nombré como redes sociales libres. Cinco años después los problemas se han agudizado, Facebook cambió su nombre por Meta como parte de una sofisticada campaña de mercadotecnia en su desesperación por no perder usuarixs y Elon Musk, que acaba de comprar Twitter, busca por todos los medios incrementar en el corto plazo las utilidades de su empresa recién adquirida.

Justo en medio de estas importantes transformaciones quiero hacer un espacio para insistir en la existencia actual y concreta de otras formas de comunicarse en Internet, formas que; no son orientadas por algoritmos; no buscan la máxima acumulación de capital (económico, cultural o social); y no dependen de una infraestructura centralizada gestionada por una empresa monopólica.

Una de las expresiones de estas formas alternativas la encontramos en las redes sociales federas (que en el texto de 2017 denominé redes sociales libres) cuyo desarrollo y uso van en aumento y que en su interconexión entre diferentes plataformas e instancias están configurando una red más amplia denominada “Fediverso”.

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